En
el Rivismo, las historias vividas, las experiencias acumuladas y los
testigos, aunque sean mudos, representan la filosofía y la estructura
para expresar y plasmar artísticamente los sentimientos en el
ámbito material y poder incorporarlos a cualquier tipo de soporte.
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Las
Pinceladas Experienciales, creadas por el artista plástico manchego
Ramón Rivas, entran en la vida, en las experiencias e historias de
elementos, objetos, materiales, dispositivos,..etc, que preferentemente en
compañía de personas, son testigos mudos de lo que ocurre en
el mundo material, social y sentimental. De esta forma, componentes debidamente
estructurados, pueden contar sus propias historias, e incluso, transformarse
en actores puramente materiales para narrar dichas historias o representar
personajes que transmiten con un alma que no es humana sus experiencias y
vivencias en relación al mundo de los personas.
El Rivismo, incorpora este tipo de planteamiento
en el que la pincelada tradicional, preferentemente, tiende a ser sustituida
por la pincelada experiencial, aportando frescura y riqueza al arte contemporáneo
del siglo XXI.
Si leemos el siguiente texto: "En un
lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo
que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,
rocín flaco y galgo corredor". Vemos que el hecho de que diga:
"no hace mucho tiempo
" hace contemporáneo a un personaje
universal, Don Quijote de la Mancha, que va a ser protagonista en una obra
del Rivismo, denominada: Magnetismo Manchego.
Don Quijote se viste de pinceladas experienciales
y a través de las mismas, se cuenta parte de la historia de este personaje
que posa en un formato de retrato-busto.
La obra del artista manchego Ramón Rivas,
reconstruye este personaje utilizando elementos materiales que poseen su propia
historia y que trazan similitudes con el aspecto orgánico y espiritual
del mismo.
El magnetismo que irradia nuestro personaje
se debe, en gran parte, a la envidia que llevamos en nuestro interior. Cuando
pensamos o planificamos nuestro futuro, pensamos en lo que nos gustaría
ser y soñamos muchas cosas que jamás llegaremos a hacer realidad. Las
circunstancias nos vencen, y en definitiva, nos sentimos unos quijotes fracasados.
Sin embargo, nuestro personaje al inventarse su futuro y el proyecto de lo
que quiere ser, lo hace en forma llamativamente artística e incluso
con modelos literarios, y lo más importante, lucha para conseguirlo
por muy descabellado que sea dicho proyecto. Ese futuro, no pretende conseguirlo
por medio de encantamientos, sino por el valor de su brazo, pese a la oposición
realista de su escudero Sancho Panza.
¿Cómo se incorpora el magnetismo
en la obra? Pues..., aplicando los conceptos de las Pinceladas Experienciales
e Igualdad Experiencial. Para eso, se ha recurrido a un transformador de potencia
de una máquina de soldadura. Un transformador obsoleto hallado en un
desguace. Un dispositivo pensado para amplificar la intensidad de corriente
de salida, mediante el magnetismo creado por la corriente que circula por
unos cables. Un elemento que lleva en su registro material muchas anotaciones.
Trabajos de soldadura, testigo de situaciones, actuaciones y conversaciones
entre constructores, arquitectos, obreros,..etc. Conversaciones que pudieran
aglutinar el suficiente contenido para crear uno y mil guiones que nada pudieran
envidiar al mismo guión de Cervantes. Pero claro está. Si hubieran
caído en sus manos.
Este dispositivo, se transforma en el rostro
de Don Quijote. Los cables se retuercen y se amoldan al aura del Caballero
de la Triste Figura ocupando los espacios de su rostro. Ahora; los pómulos,
boca, ojos,..etc. están formados por cables generadores de magnetismo.
Magnetismo que constituye la razón de ser de este singular personaje.
El semblante generado, refleja con cierta precisión los cambios que
él mismo señala y que se corresponden, entre otros; con la ausencia
de Dulcinea del Toboso, cuando se quita la armadura y se queda desnudo, al
buscar un refugio en el bosque y cuando rasga sus vestiduras, esparce sus
armas y da muestra de locura.
También, aparecen corrientes energéticas
que activan más las fantasías escritas, y que se alojan, incluso,
en su casco,-bacía de barbero-, representando a un dragón volador
que se alimenta de queso manchego.
Su contemporaneidad, también se refleja
en una camisa moderna con la que muestra su complicidad con otro gran genio,
también loco, pero de otro costal, y que es Einstein. La aparición
de fórmulas sobre la ecuación de la relatividad, presagian un
deseo universal, Don Quijote viaja por el universo a la velocidad de la luz
y como manifestó el genial físico, el paso del tiempo,-en estas
circunstancias-, se ralentiza, nosotros envejecemos, pero él, muy poco.
Permanece prácticamente igual mientras viaja generación tras
generación y galaxia tras galaxia.
Don Quijote, repara su armadura con cartón,
lo cual muestra, una vez más, la locura, la imaginación y el
ingenio. En la obra Magnetismo Manchego, la armadura está reparada
con su misma historia. Los hombros están protegidos por páginas
de papel con texto de los capítulos que escribió, el mismo Don
Miguel de Cervantes.
El semblante triste del Caballero Andante, queda
compensado por la incorporación, sobre sus latidos, de un contemporáneo
pins en el que aparece un pequeño corazón y el nombre de su
amada Dulcinea del Toboso.
Corazón sobre corazón para curar
todas sus tristezas, compensar sus descalabros y asentar sus ideales. Y sobre
todo, para revitalizar el deseo de ser dueño y señor de su Proyecto
de vida.